Zambra noviembre 18, 2008

Granada es diferente. Su enclave geográfico, su belleza natural en perfecta armonía con la gran la obra artística que inunda sus calles, plazas y jardines la señalan como única. Asimismo, colman su riqueza de matices culturales las cuevas del Sacromonte.

Si los Jardines de la Alhambra, la Fuente del Avellano, y los ríos Darro y Genil inspiran a grandes maestros del cante para crear excelentes fandangos de Granada, granaínas y medias granaínas, en el Sacromonte, cada cueva es como una fragua donde se forjan diferentes estilos del flamenco usando distintos metales de voz.

La Zambra al ritmo templado de «tangos Flamencos» compite con otras formas musicales, ofreciendo muy diversas versiones poéticas, unas veces en un juego de amor y desamor, otras describiendo el familiar ambiente que la origina, o también, en un plano reivindicativo denunciando injusticias y al mismo tiempo expresando el deseo de la solución del problema.

La composición literaria de la «zambra» va estructurada en base a cuartetas de desigual medida, predominando los versos de seis y siete sílabas.

ZAMBRA
(Cante: Felipe Lara. Guitarra: Antonio López)

Al calor de la fragua,
el gitano cantaba;
por «toná» y «martinete»,
sus penas ahogaba.

El martillo en el yunque,
el ritmo marcaba;
con sus trágicos golpes,
profundo calaba

Día y noche trabajando,
viviendo de su sudor
y lo están martirizando,
por su raza y su color.